Por: Adriana Duarte
Recuerdo que cuando conocí a Sabino en Chaktapa me infundo tanto respeto que nunca me le acerque. Escuche sus cuentos una tarde noche sentada detrás. Nunca había escuchado a un indígena que supiera tanto de sus raíces y de la colonización que se la había impuesto.
Conocí entonces La Sierra a través de sus hijas.
Me enamore profundamente de Marily que me veía con unos ojos profundos que me contaban historias de dolor y aceptación.
He tenido la oportunidad de conocer diferentes comunidades indígenas y los niños siempre te reciben con mucha alegría, les encanta que les tomes fotos y te sonríen. Los niños yukpa no. Los niños yukpa desconfían de los Blancos. Sus palabras y miradas son acusadoras.
Ellos saben que por accion u omisión los blancos somos responsables de los males que los han atacado y destruido por años.
Estan claros.
Si los niños de las comunidades indígenas de nuestro país supieran todo lo que hemos hecho o dejado de hacer que los ha afectado tampoco nos recibieran con alegría.
Esa es una de las razones que explica por que termina uno en La Sierra. Para recordarte tu cuota de responsabilidad.
La vida de Sabino significaba tantas cosas. Mientras el estaba vivo uno sentía que era posible todo. La demarcación, la justicia, devolverle la alegría y el alma a ese pueblo que ha vivido despojado de sus tierras y hasta en la indigencia por culpa de las políticas del ministerio que debe protegerlos.
La muerte de Sabino significa tantas cosas...
Hemos pedido justicia y cese de la impunidad tantas veces...
Esto nos duele tanto, nos indigna tanto, nos arrecha tanto...
Siempre he escuchado que esos sentimientos son los motores del cambio. La tristeza debe dar paso a otras cosas.
Ya llevo dos noches soñando que, como dice Daniel Carrillo, vienes convertido en miles. Que la justicia se hace estes o no estés. Que el universo conspira para devolverle el alma al pueblo yukpa. Que todo se paga. Que el viento sopla tu legado. Que la tierra retumba. Que el pueblo yukpa aún y con mirada desconfiada tendrá un momento para sonreír. A trabajar por eso.

Marily, hace unos años
0 comentarios :
Publicar un comentario